lunes, 12 de mayo de 2008

Un Cuento Feliz (2)






Hacía ya tres lunas que la bruja había hechizado al duque. La hermosa Princesa Teresa deambulaba en su búsqueda, lamentándose de su suerte. La acompañaban en silencio sus fieles Gansos Mansos. El pajarillo anunció: "¡Ya llega la Princesa! ¡Qué triste está!", y apareció la Princesa.

Entonces, apareció la Bruja Granuja. (Suena el glisófono). La bruja se burlaba: "¡Nunca sabrás en qué animal he convertido al duque! ¡Ni siquiera él recuerda nada, ja ja ja!". La Princesa clamaba: "¿Dónde estás, Sigfrido, Sigfrido? ¿Qué clase de animal eres?". Los gansos consolaban a la Princesa: (Suenan kazoos) "¡Tranquilízate!", dijo el gansito pequeño. "Ten calma", agregó la gansa robusta. "Todo irá bien", dijo el ganso viejo. "¿No vió mi caparazón?". (Ésta última frase con voz del molusco)

De pronto, la gansa robusta lanzó un grito de indignación, le dio una tremenda bofetada a un cuarto ganso enorme que estaba a su lado y salió corriendo. El ganso enorme no era otro que... ¡el Oso Libidinoso disfrazado!, que corría a la gansa ofreciéndole una margarita al grito de: "¡Sublime éxtasis de amor, gansita, vayamos, vayamos pronto!". Los gansos fueron en ayuda de la gansa robusta, y la Princesa se quedó sola.


(Teresa y el Oso. Les Luthiers. Fragmento. Continuará)




Un Cuento Feliz (1)

4 comentarios:

Unknown dijo...

Creerás que es por decir algo, pero te aseguro que esto de los cuentos me encanta.

Un besazo

Minúscula Martínez dijo...

Alegra un rato leerte en esta faceta de cuentista...

B x C

Unknown dijo...

Jajaja, muy divertido, Tupp, esperamos ansiosos -al menos yo- el resto de las aventuras de la princesa Terera y -sobre todo- el oso libidinoso, personaje clave en la construcción de la historia, sin la cual nada se sostiene, sería puro fuego de artificio.

Regina dijo...

Madre mía... xDDD. Qué sensación de caos tan enorme.