jueves, 29 de mayo de 2008

El ombligo de Venus



Comprendo que resulto machacona. Pero este mayo ha venido no sólo cargado en lluvias, sino, para mí, repleto de paseos y caminatas en espacios naturales y de compañías de ésas que no tienen precio. Y os tengo que contar otra escapada:

El fin de semana pasado me dejó baldada: Un trayecto lleno de bajadas y subidas, por entre tres pueblos serranos del sur de Salamanca: Garcibuey, Miranda del Castañar y Villanueva del Conde, cada uno situado en su pequeño cerro, rodeado de robles, cerezos, olivos, vides, rosales silvestres, jaras, escobas, cantuesos y otras muchas plantas, entre ellas la temible y bella dedalera, de veneno mortal, como tan bien saben los aficionados a las novelas de misterio...

Enclaves de montaña con calles en pendiente, hermosas casas de vigas de madera, blasones, balconadas cubiertas de flores. En los umbrales, poyos o dinteles, a veces aparece, usada como una piedra más de la mampostería, los restos de una estela vettona, de resonancias druídicas, perfectamente distinguible por su forma circular y por la decoración con medias lunas radiales o en espiral.

No estamos seguros de si fueron quince o dieciocho kilómetros por entre sendas maravillosas (algunas de no más de 60 cms. de ancho y con el matorral de roble casi a la altura de las rodillas), arroyos y puentecillos y fuentes muy antiguos. Fue un camino duro para los que estábamos desentrenados. He estado con agujetas tres días seguidos.

Creo que la naturaleza de estas tierras tienen un antes y un después del Mayo del 2008. Se nos ha “revolucionao” y nos ha explotado en verdes y en flores reventonas...

Os dejo una de las fotografías que hizo Pilar M., organizadora y alma Mater de esta escapada, que nos reunió a un grupo de veinte o treinta personas, de edades comprendidas entre los siete y los setenta años, aunque no todos hicieron la ruta completa, ya que los muy mayores, los muy pequeños y los muy vagos hicieron parte del trayecto en autobús. Fue un éxito.

La planta que florece en el muro es el ombligo de Venus, umbilicus pendulinus, según me informa mi botánico particular.

(El día antes, también lluvioso, estuve en Cáceres. Creo que tengo que escribir una entrada para contaros cuánto está significando para mí este mayo, florido mayo… Ahora me voy al concierto de Daementia, ya os contaré mañana).

3 comentarios:

Regina dijo...

Joe qué precioso sólo con imaginármelo. ¡Me das envidia, Tupp! Qué cura vacacional necesito...

Tú sigue contándonos cositas de estas.

Luc, Tupp and Cool dijo...

Preciosa... existe la otra cara de la luna...

Mayo ha sido una cabalgada entre fines de semana maravillosos. Aún me queda por contaros mi última escapada en tren -chu-cu-chu-cu-chú- a orillas del Duero portugués, a medio camino en la ruta que va a Oporto, con un mundo de vides verdes a los pies.

Del trabajo no he hablado... Es lo que llamo la "cara Hyde". Pero, por ir entrándote en detalles: agiliscosos giroscaban los ligazones, banerrando por las váparas lejanas,
mimosos se fruncían los borogobios
...

Ya estoy mentalizada a que, cuando definitivamente alguien corte las madreselvas, quede una serie de ramas duras, que más que un pequeño jardín eso va a ser un cesto... :P

Una familia de mosquitos, en cuyo adenoma está escrito con letras mayúsculas el gen de la INVISIBILIDAD, me pica por las noches en las muñecas, en las sienes y a veces en los párpados. No sé qué hacer.


Y sobre otros aspectos de la intendencia doméstica, corramos también un tupido velo (mimosos se fruncían los borogobios/mientras el momio rantas murgiflaba)... Afortunadamente, aún hay una remesa de papel higiénico y queda detergente para el lavavajillas... :)

Pero, si no es el Alzheimer, nadie me va a quitar a mí este mayo...

Un beso grande, pimpirina.

:)

Regina dijo...

No, no, yo hablaba de vacaciones para mí. Obviamente, entiendo que si andas por tus tierras no siempre vas a estar de vacaciones. Aún y todo, cuando yo salgo por la provincia por trabajo, también lo disfruto muchísimo, y más con lo que está lloviendo por aquí, está como una lechuga gigante.