sábado, 2 de agosto de 2008

Mamada

Cuenta la leyenda que nuestra galaxia nació cuando una diosa enojada retiró bruscamente el pecho de los labios del niño que amamantaba, dejando un rastro de leche derramada en el vacío del universo.

Y tal vez sea ese ilustre precedente de rechazo el que se invoque desde lo socialmente correcto. O a lo mejor sólo es desprecio, dureza de corazón, ridiculez de nuevo rico, perversión victoriana que reprime lo biológico y que, a pesar de la aparente libertad de costumbres, perdura en el siglo XXI.

La lactancia en público nos parece cosa de gente poco respetable o, en todo caso, primitiva.

Fui testigo ayer, cuando una joven gitana con el hijo entre los brazos esperaba pacientemente la llegada de un funcionario, que se demoraba más allá de la media hora del café.

El crío, de muy pocas semanas, reclamó la teta con un llanto tan agudo que sonó como una alarma en el recinto.

La mujer, de no más de 20 años, se resistió todo lo que pudo. Pero el niño insistía con alaridos acuciantes.

“¿Le puedo dar de mamar en el servicio, señorita?”, preguntó.

No sé si la “señorita” entendió las necesidades de la madre y del lactante (distintas, aunque sincronizadas: la mujer por descargar, el niño por recibir), o fue que le pareció excesivo, por más insignificantes que parecieran ambos, enviarles a las letrinas. El caso es que señaló una bancada situada en la zona más oculta de la sala.

Con la naturalidad que da el hábito, la chica se sacó el pecho, entreabriendo los botones de una blusa amplia y ligeramente escotada. Desde mi posición, la mama quedaba oculta por la cabecita del niño y el abrazo de la madre.

No había mucha gente. Pero algunos demostraron bien a las claras, con miradas de reconvención, sonrisas despreciativas y pequeños comentarios, la opinión que les merecía la situación: Intolerable.

Transgresión de la convención. Exposición impúdica de lo íntimo. Invasión de lo público por lo privado. Ataque en toda regla a “su derecho” a no ver cosas “desagradables”. ¡Pero a dónde vamos a parar!

La gitana percibía, cómo no, la censura. Y encogió los hombros y la espalda, inclinó la cabeza y acurrucó aún más al niño entre los brazos. Se replegó, intentando confundirse con el entorno.

La estrategia, a medias entre la del caracol y la del camaleón, no funcionó: Bien a las claras se veía su condición de mamífera irredenta.

El señor del traje gris acero, camisa azulada y corbata a juego, que se dirigía a uno de los despachos, decretó, indignado, entre dientes pero de forma perfectamente audible: “Esto es inadmisible”.

Cuando el hombre se alejó unos metros, se alzó una voz anónima, que atribuí a una mujer de pelo rojizo, con cierto parecido a la modelo de grandes ojos que tantas veces posó para Modigliani:

- Pues cuando enseñan las domingas en top less bien que te gusta, ¡cabrón!

¿La oyó o no la oyó el capitoste de traje acerado? En cualquier caso, él cuadró los hombros y apretó el paso, acentuando aún más su aspecto de autómata al que acabaran de dar cuerda.

Algún murmullo de aprobación hubo. Pero los más desviaron la mirada, incómodos.

¡Qué hipocritones somos! Mucha licencia por maternidad y por paternidad, muchas ayudas sociales (o pocas) por nacimiento/adopción (en mi municipio dan 300 €, más otros 600 de la CC.AA, no es demasiado pero es es algo), mucho ir habilitando espacios en los aseos públicos para cambiar a los bebés, mucha fiesta religiosa dedicada a la Madre por excelencia... Pero estamos dispuestos a lapidar socialmente a la mujer que se saque una teta para amamantar a su hijo en público.

Por favor, paren en la próxima, que yo me bajo.

6 comentarios:

UnaExcusa dijo...

Pues yo lo confieso. Si veo a una mujer dando de mamar al niño, la miro y la miro (con disimulo). A una amiga mía, ya que me lo podía permitir, le hice como cien fotos dándole la teta al niño.

Me parece uno de los actos más hermosos del mundo. Y por eso lo miro, porque me parece precioso.

Debería ser más natural, sí. En cualquier parte, en cualquier sitio. Una mujer decía hoy en una revista que va a ser madre y no ha visto mamar a ningún niño. Y no sabe cómo se hace. Aprenderá, sin duda. Pero qué triste...

Isabel Sira dijo...

A mí me parece de lo más natural y, aunque debo confesar que, como cualquier desnudez, a veces me siento incómoda si soy testigo de una madre dando de mamar a su hijo en un sitio público, sé que es un problema mío y jamás criticaría a una madre por dar el pecho. Tienes razón, mucha hipocresía con respecto a la maternidad.
Y me encantó el comentario de la otra mujer y su remate final.

Los viajes que no hice dijo...

Me voy a callar, me voy a callar, que recuerdo cierta foto del messenger que era casi pornográfica... Y no era con tela, no señora, no.

Luc, Tupp and Cool dijo...

Viajera, pásame la foto, que tengo curiosidad. Porno, porno, se hace hasta con fotos de bebés... me imagino que las de una madre lactante darán de sí...

Unaexcusa y Arwen: Sí. Es una estampa bonita, Yo no me siento incómoda, pero si veo que la madre sí, pues entonces procuro no incordiar.

Unknown dijo...

Nada debería tener de porno en una madre dando de comer a su bebe.
Puedo entender que un gran pecho lactante, sin tener en cuenta su función alimenticia pueda tener su morbo.....pero no mezclemos.
Y si a alguien le molesta ver el primero de los casos, un bebe mamando, que no mire y calle.
Tal vez su problema es simplemente que no recuerdan que es una necesidad vital.La del niño alimentarse, la de la madre darle comida y amor.
Si yo fuera mujer, estuviera dando de mamar y escuchara algún comentario despectivo..... creo que simplemente sentiría pena por esas personas exentas de amor.

Unknown dijo...

Nada debería tener de porno en una madre dando de comer a su bebe.
Puedo entender que un gran pecho lactante, sin tener en cuenta su función alimenticia pueda tener su morbo.....pero no mezclemos.
Y si a alguien le molesta ver el primero de los casos, un bebe mamando, que no mire y calle.
Tal vez su problema es simplemente que no recuerdan que es una necesidad vital.La del niño alimentarse, la de la madre darle comida y amor.
Si yo fuera mujer, estuviera dando de mamar y escuchara algún comentario despectivo..... creo que simplemente sentiría pena por esas personas exentas de amor.