Malos, buenos y de papel higiénico.
Casi lo mejor de los últimos diez días es que hoy he estado con MariJose. Ya os hablé de ella en otra ocasión. No recordaba que acariciara los lóbulos de esa forma, porque en mi última visita ella estaba de descanso. Esta vez la yema de sus dedos también recorrió delicadamente el pabellón auditivo, por dentro y por fuera, y se detuvo un rato en la parte de detrás de las orejas… … Uuuuuhhh.
Porque el fin de semana fue un asco. A mí la lluvia me mata. Como soy una sacrificada, comprendo que tiene que llover, tiene que llover, tiene que llover a cántaros… Pero sería mejor si lloviera mientras yo duermo, y por el día luciera el sol y el suelo estuviera seco.
El sábado pasado yo tenía programada una escapadita al sur de la provincia. Iba a recorrer un puerto de montaña, con guías de la zona, expertos naturalistas, compañía de la buena… Yo tenía ganas de ponerme mi ropa de exploradora, las botas de marcha, usar el bastón telescópico y unos prismáticos con zoom que me regalaron en Navidades… Pero, mi gozo en un pozo. Hubo que suspenderlo, por la lluvia. Se hará el miércoles, que es fiesta en esta CC.AA…. Pero yo ya no puedo ir… ¡Mecachis!
Luego, que la semana pasada tampoco es que fuera para tirar cohetes, ¿eh? En el trabajo está al caer una “re-estructuración” y hay conflictos por arriba, por abajo, por el este y por el oeste… Por activa o por pasiva, me pillaron todos… El climax fue cuando el lunes, a las ocho de la mañana, una tía me siguió al baño, para ponerse a llorar como una Magdalena, arrepentida por un ataque de furia que había sufrido el viernes... Los lagrimones corrían por sus mejillas y no daba a basto, secándolos con papel higiénico que cogía de uno de los aseos... Me quedó un mal cuerpo que ni pa qué.
Aunque, en honor a la verdad, debo deciros que el jueves me reí mucho, pero no en el trabajo (en el trabajo no digo que no me ría en ocasiones, pero poquillo). Una amiga, que está aprendiendo el lenguaje de los signos, nos enseñaba algunas palabras. Nos dio la vena chorra, y allí éramos todos políglotas, desternillándonos, como críos de Primaria. “Te quiero mucho”. “Estoy cabreado”. “Estoy jodido”… Casi llegamos a averiguar la historia que contó otro, a base de gestos, sobre un mudo que le decía a un taxista que le llevara a el Corte Inglés, a comprar un sombrero de paja… Pero lo mejor fue lo que dijo una al despedirse, refiriéndose a lo bien que lo habíamos pasado: “Qué risa. Nos hemos reído como animales”…
Será que nos cogió el día tonto… O a lo mejor fueron los vinos…
En fin… ¡que llueva!
En cuanto a MariJose, me parece que me ha cortado mucho, pero en fin, ya veré mañana, que hoy está todo tan colocadito... ´
miércoles, 23 de abril de 2008
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4 comentarios:
Desde Noviembre que no la veías?? Ojú, pues deberías llevar ya el pelo por el culo, no?
Vaya plan laboral tienes, chata, que te sea leve, porque cuando el río suena...
Un besote.
:D Eva, xagerá... A MariJose no la veía desde febrero. Las últimas veces que he ido, ella estaba de descanso y me atendió un chico llamado Tino.
Huyyyyyyyyyy, er Tino.
Estos de secano que no están acostumbrados a la lluvia... xDD
Aquí lleva lloviendo semanas. Hasta nosotros estamos cansados, ¡imagínate!
;)
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