domingo, 28 de junio de 2009

Momentos para ser feliz






Cuando los ríos son de color rosa al sol poniente,
y un tibio escalofrío recorre los campos de trigo,
el consejo de ser feliz parece salir de las cosas
y subir hasta el corazón turbado.

Un consejo de gustar del encanto de estar en el mundo,
mientras que se es joven y la tarde es bella,
porque nos iremos como se va esta onda,
ella al mar, nosotros a la tumba.



Dejarse flotar en las sensaciones de lo que te rodea, respirando acompasadamente hasta perderte tras la luz rojiza que vislumbras a través de los párpados cerrados, sintiendo los olores de las cosas, sus sonidos, la tibieza del aire que roza las mejillas, quiza la de un cuerpo tendido junto al tuyo. Eso me recuerda el cuadro de Leighton.

La música se parece a otra, sin notas, que me nace a veces, no siempre, cuando algo muy intenso me invade los sentidos, el tacto, el olor, el color, el calor, la luz o el sonido de un paisaje, de una obra, de un cuerpo. El pequeño reducto, el latido cuando la mente se abandona y se deja ir, disfrutando del momento.


El cuadro se titula “Sol ardiente de junio”, de Frederick Leighton. La canción se llama “Beau soir”, de Claude Debussy, con letra de Paul Bourget. La voz es la de Elly Ameling.

La asociación de esta pintura con esta música la hizo Fernando Palacios, en su programa radiofónico “Musica sobre la Marcha”, que sigo cada vez que puedo. Un cuadro, un poema, una melodía, una voz...

“Música sobre la Marcha”. 15:00 horas. Radio 1 y Radio Clásica de Radio Nacional. Para los que no podáis seguirlo en directo, encontraréis podcast aquí: http://www.rtve.es/podcast/SMUSOBM.xml.

jueves, 11 de junio de 2009

Lectora distraída



Así se llama este cuadro de Matisse, "Lectora distraída". Nosotros lo titulamos "El extraño caso de la lectora distraída", como si de una novela de Stanley Gardner se tratara.

Me encantó el nombre, tal vez porque define algo de lo que es mi situación últimamente, que apenas estoy leyendo nada que no sea estrictamente profesional -de eso, leo mucho- y algo -poco- de poesía. Recuperaré en verano, supongo. Ahora es tiempo de andar por ahí, de mirar, de charlar, de fotografiar...

Ayer estuve en Madrid e hice doblete: Por la mañana, la exposición de Sorolla en el Prado y por la tarde la de Matisse en el Thyssen. En el medio, cañas, tapas y canapes en "La Dolores", detrás del Ritz.

Antes he estado unos días por el Sur, correteando por Cádiz y provincia, recorriendo las calles, reptando por campanarios, paseando las playas de arena, escalando las callejuelas de Vergel, Arcos, Medina, Olvera, o cruzando las sierras de Grazalema. Queda el propósito de volver a Vergel y pasar unas semanas en una de sus maravillosas casas blancas con patio lleno de flores, algún año de estos. Y de ir a Grazalema con más tiempo, para poder adentrarnos en el Parque Natural y hacer alguna marcha; eso será más pronto, espero.

¡Y qué buen pescaíto, señores! Sin desmerecer de carnes, guisos, postres, dulces... De todo he dado buena cuenta. Excepto de los caracoles, con esos sí que no he podido. Menos mal que luego lo quemo todo (o casi todo, espero), porque, si no, aviados estábamos.